5.24.2009

Su verdadera primera vez.

*Se recomienda leer con anterioridad el texto: Calentó el agua y se la tomó-Su primera vez.
La idea de este es contrastar y comparar, ya que en el citado anteriormente, hay un uso literario de palabras y expresiones, lo que generalemente lleva a una cursilería más o menos linda, pero no real, como el relato que se presenta a continuación. Una primera vez de la gente de carne y hueso.




Unas zapatillas rojas y estrelladas encandilaban la noche detrás de una cortina cómplice, la cual en vano intentaba ocultar la patente trasera de su coche, para disimular la obviedad del futuro placer en ese sucio albergue transitorio.

El olor a desinfectante de telo barato impregnaba la ropa, que poco a poco iba revoleándose cuidadosamente sobre la mesada. Nadie sabría de las bacterias invisibles en el piso, como para ponerse a hacer el erótico con pantalones desbotonados en un parquet que no había.

Todo era rosado, no como el color de la flor que bautizaba a la habitación: Jazmín. Lo que sí hacía juego con el cursi nombre, eran las rojas lámparas, y la música melosa que empalagaba los oídos de los tórtolos. Salvo que cada cinco minutos de ritmos arjónicos, una guitarra rockera aparecía entre los gemidos de dolor. Porque era su primera vez, y la satisfacción, sólo aparecía por vagos momentos, en un lengüeteo atrevido, o en una caricia suave.La estrechez de su vientre no era negocio para un fulano, al cual un harén de mujeres en celo, lo llamaban día y noche por algún motivo que era por demás obvio.

Igualmente, después de una cena romántica, y perdidos entre algunos te amo, ni el olor a telo, ni el dolor, ni la música de las cuatro décadas podían impedir que sus cuerpos se volvieran a cruzar, sudaran entre besos de lengua y promesas de amor eterno.

Después de varias poses de algún kamasutra que ninguno de los dos había leído, terminaron en el obligado paso a asearse. Con jabón chiquito lavaron la piel de sus sexos, y volvieron a abrazarse, esta vez tranquilos, sabiendo que era el final de lo peor, y el comienzo de noches desveladas, entre sábanas de nylon y algodón.

Y se preparaban, para volver a casa de ella, a la hora acordada por su madre, y no dejar huellas. Aunque la antigua virgencita tuviera que ventilar su ropa unos segundos antes de darle el beso de las buenas noches.





4 comentarios:

carles dijo...

bien, pinta lindo el blog...

saludos

carles dijo...

te dejo un link, cuidalo

quizás lo has visto, pero quizás no.

http://www.vxv.com/canal/elshowderamiroagujis/XuriRccTxrCT/capitulo-05-ensenanzas-de-un-idolo.html

deu

Martina Gaido dijo...

Ya lo viii!!!! Igual gracias!!!!

Anónimo dijo...

está buenisimo... y al contrastarlo con la otra primera vez resulta, al menos para mi, más estremecedor...
besos!
Pablo Vega